Empresas B, las empresas de triple impacto del siglo XXI: el caso de Inti Zen

…el cuidado del medioambiente y un aporte a la comunidad en la que se encuentran. Lo que podemos aprender de estos casos.

 

 

 

Inti Zen nace de la integración de la energía del nuevo continente latinoamericano, con la sabiduría del arte del té de Oriente, conformando un nuevo culto de infusiones que tiene como característica el brindarnos un reencuentro con la calma, la vitalidad, el equilibrio de la mente,  el misterio… en un tiempo en el que todo corre a velocidades inalcanzables y donde cada instante parece morir en el preciso momento en el que lo estamos viviendo.

Guillermo Casarotti, uno de los fundadores de Inti Zen, se encontró con el arte del té luego de haber recorrido un largo camino entre multinacionales, y fue en la última de ellas donde se relacionó por primera vez con productos de la tierra. Durante la crisis del 2001, Guillermo y su mujer junto con Inés Berton, creadora de los blends –mezclas– de Inti Zen, comenzaron a trazar las primeras líneas del emprendimiento, hasta que Guillermo finalmente tomó coraje y abandonó las comodidades de la relación  de dependencia, para vivir la aventura de emprender.

 

Como se trata de una Empresa B certificada, aquellas que aspiran a ser las mejores PARA el mundo y no DEL mundo, el compromiso de Inti Zen se basa en crear y comercializar infusiones y productos que promuevan el bienestar y la salud, buscando agregar valor económico y social sostenible en la empresa y comunidad, honrando y respetando la naturaleza. Son una empresa con triple impacto porque Inti Zen comprende que el consumidor es cada vez más sensible  a lo ambiental, a lo social y a lo económico, y esos son, por lo tanto, los tres pilares de su modelo de negocio responsable.

Cuenta con una planta de producción “verde”, donde el agua caliente es obtenida a partir de un termotanque que se alimenta de energía solar y buena parte del agua es reutilizada, la luz natural es su principal fuente de iluminación, conservan el frío o calor de los ambientes a partir de muros trombes (1) siendo innecesario mantener el aire acondicionado o la calefacción encendida, entre otras características.

“Creamos un mercado nuevo prácticamente de la nada. Nosotros no hacemos algo que la gente no necesita consumir; hacemos algo que la gente consume para conectarse… a través de aromas, sabores, de lo que sienten”, dice Guillermo en una entrevista para la organización Inicia. Lo cierto es que él supo encontrar en el mercado nacional la oportunidad de crear un producto inexistente hasta ese entonces: el té gourmet o de alta gama. Y agrega  “por supuesto hay que educar a este nuevo mercado. Educar a la gente sobre lo que consume, sobre de dónde proviene lo que consume, si las personas que trabajan para realizar el producto están bien remuneradas. Es decir que nuestra tarea también es educar no solo el paladar sino la conciencia de la gente”,y ese es el verdadero propósito de esta empresa de triple impacto.

 

– Entrevista de Guillermo Casarotti para la organización INICIA.
 

Lo cierto es que a la hora de emprender, el propósito o el para qué es esencial, además del cómo. Ya el dinero no es el fin que una persona con espíritu emprendedor decide perseguir; hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos sociales y medioambientales que nos comprometen por formar parte de la comunidad y, asimismo, de la raza humana, y las empresas son un eslabón fundamental y un motor de cambio para hacer del mundo, un lugar mejor y sostenible.

 

Hoy conocimos el caso de Inti Zen, liderada por Guillermo Casarotti, que proviene del mundo empresarial y contaba ya previamente con ciertas herramientas para desarrollar un modelo de negocio de triple impacto. En los próximos artículos daremos cuenta de que cualquier persona, con cualquier tipo de educación o cualquier clase de sector al que pertenezca, puede ser capaz de diseñar un modelo a pequeña o a gran escala, que no solo lo remunere económicamente, sino que también lo apasione, le haga sentido en función de sus valores y de las preocupaciones sociales y medioambientales que tenga.

 

“Ser una empresa B es un tipo de empresa comprometida a transitar un camino de mejora –porque ser B no implica ser perfecto– y que considera en sus decisiones a los consumidores, los trabajadores, la comunidad, los inversionistas y el medioambiente”.

 

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